Sin duda, el 2020 califica como uno de los años más interesantes para el internet. No solo por el crecimiento exponencial de la digitalización y del comercio electrónico si no por el aumento en ciberataques.  De acuerdo con una encuesta realizada por CyberEdge Group, 81% de las organizaciones fueron afectadas exitosamente por un ataque cibernético en 2020. Muchas de estas agresiones quedan en la estadística y nunca se hacen públicos sus detalles, pero otras afectan en gran escala la economía lo que pone en la mira a las políticas de protección de las empresas.
La Universidad de Maryland estima que los hackers están atacando computadoras y redes a un ritmo de una cada 39 segundos y según la empresa AV-Test se registraron más de 113 millones de amenazas informáticas en el 2020. Un promedio de 350,000 nuevos ataques al día.
No podemos saber cómo funcionará un futuro ataque a las redes. Sin embargo, existen algunos sencillos consejos para evitar desde un pequeño y molesto virus, hasta la pérdida de toda tu información:

  • Mantén siempre actualizado tu sistema operativo.

Sí algo ayuda a que un ransomware se reproduzca es que el sistema de seguridad cibernético sea arcaico. Por ello, la instalación de sistemas y programas de seguridad y firewalls actuales disminuyen las probabilidades de estos males.

  • Nunca abras correos (o archivos) sospechosos.

Usualmente suelen ser muy obvios incluyendo mensajes llamativos demasiado buenos para ser verdad, además de provenir de destinatarios no conocidos. A la vez, el abrir links sospechosos, aunque provengan de gente conocida es delicado ya que existen algunos virus que se reenvían automáticamente al abrirlos y uno de tus conocidos pudo haber sido víctima de ellos.

  • Cuida los sitios a los que entras.

Una de las características de Internet es la facilidad de mirar sólo lo que te interesa con un sencillo clic, por ello es sumamente fácil perder el rastro de hacía donde nos dirigimos con el salto entre página y página. Hay peculiaridades que nos pueden ayudar a reconocer los sitios de riesgo como el diseño de las páginas de baja calidad, una URL poco identificable, una inmensa cantidad de anuncios (aquellos que se convierten en todo un reto el encontrar cuál es el botón correcto para cerrarlos) así como las ventanas emergentes y los redireccionamientos.

  • Cambia regularmente tus contraseñas.

Muchos correos y apps te avisan cuando se detecta un intento de entrada a cualquiera de tus cuentas desde un lugar global que considera sospechoso. Es imposible que te hayas conectado en México y, tres horas después, en Singapur. Evita siquiera que lo intenten con esta pequeña acción.

Como empresario, sé que cuando hablamos de una compañía mantener la seguridad, en el rubro cibernético, puede ser algo más complicado, pues la cantidad de personas en línea está proporcionalmente relacionada con el riesgo que se corre, ya que sólo es necesario que el hacker entre en un dispositivo para potenciar la probabilidad de infección. Por ello se deben tener medidas extra de seguridad como:

  • Protección Interna: Comunicando desde políticas de uso, tanto individuales como grupales; manteniendo programas antivirus y antispam; a través de un cifrado y encriptado; así como un firewall estricto; y finalmente, accesos restringidos a páginas que puedan representar un riesgo.
  • Protección Perimetral: Aplicando un control de accesos se puede garantizar que la infraestructura se utilice de manera óptima por los colaboradores y se mantenga la confidencialidad e integridad de la información.

Estas acciones tratan de mantener el sentido común, que usualmente pasamos por alto pues no parece ser un riesgo real. Sin embargo, lo que se encuentra en el mundo virtual cobra cada vez mayor relevancia y con ello, también debemos ser más cuidadosos al momento de navegar.